martes, 28 de diciembre de 2010

Salmo 25:8-14 (Parte 3) Promesas en la oración eficaz




Salmo 25 (Parte 3)

Promesas en las que podemos confiar al orar a nuestro Señor
(Para un mejor entendimiento de esta parte no olviden revisar la 1era y 2ª sección escrita anteriormente en este blog. ¡Gracias!)


1 A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.

2 Dios mío, en ti confío;
No sea yo avergonzado,
No se alegren de mí mis enemigos.

 3 Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido;
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

 4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;
Enséñame tus sendas.

 5 Encamíname en tu verdad, y enséñame,
Porque tú eres el Dios de mi salvación;
En ti he esperado todo el día.



6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias,
Que son perpetuas.

 7 De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;
Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh Jehová.

 8 Bueno y recto es Jehová;
Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.

 9 Encaminará a los humildes por el juicio,
Y enseñará a los mansos su carrera.

 10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.

 11 Por amor de tu nombre, oh Jehová,
Perdonarás también mi pecado, que es grande.

 12 ¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
El le enseñará el camino que ha de escoger.

 13 Gozará él de bienestar,
Y su descendencia heredará la tierra.

 14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,
Y a ellos hará conocer su pacto.

 15 Mis ojos están siempre hacia Jehová,
Porque él sacará mis pies de la red.

 16 Mírame, y ten misericordia de mí,
Porque estoy solo y afligido.

 17 Las angustias de mi corazón se han aumentado;
Sácame de mis congojas.

 18 Mira mi aflicción y mi trabajo,
Y perdona todos mis pecados.

 19 Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,
Y con odio violento me aborrecen.

 20 Guarda mi alma, y líbrame;
No sea yo avergonzado, porque en ti confié.

 21 Integridad y rectitud me guarden,
Porque en ti he esperado.

 22 Redime, oh Dios, a Israel
De todas sus angustias.

Reina Valera Revisada (1960).

Dios nos alienta y nos llena de promesas para acercarnos con confianza a su trono en oración por medio del sacrificio que nuestro Señor Jesucristo ofreció para darnos libertad del pecado y libertad de comunicación y perdón de Él.
¿Qué promesas son esas?

1) Que Dios les instruirá y dirigirá en el camino del deber: En esto insiste de manera especial, pues es respuesta a las oraciones de David (vv. 4,5) [muéstrame tus caminos, enséñame tus sendas, etc.]. Deberíamos fijar nuestros pensamientos en las promesas que se refieren a los casos concretos, presentes y actuales.
  • a) “El enseñará a los pecadores el camino” (v.8), pues son pecadores y por tanto, necesitan instrucción. Si desean ser enseñados, Él les mostrará el camino de la reconciliación con Dios, que es también el camino a una bien fundada paz de conciencia y el camino hacia la vida eterna [Hechos 13:48 - Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna]
  • b) “Encaminará a los humildes” (v.9) Humilde en hebreo la palabra “anawim” es decir, a los desconfiados de sí mismos y de las cosas temporales, a los que tienen corazón de pobre [Mateo 5:3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos] y solo dependen de Dios, de quienes esperan ser enseñados y guiados en justicia, es decir en la norma que hay que seguir para obrar con rectitud.
  • c) “Al hombre que teme a Jehová, le enseñará el camino que ha de escoger” (vv.9-10) Si atiende bien a la voluntad de Dios, escogerá el camino que Dios haya escogido. Los dos caminos se juntan, puesto que el que teme a Dios, escoge lo que a Dios agrada.

    2) Que Dios le facilitará el camino: [v.13 Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra] (Ver Mateo 5:5 [Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.] y comparar con v.9 en el que se traduce anawim – repetido en las 2ª parte del v.9 – por “mansos” conforme a la versión hebrea del Nuevo Testamento en Mateo 5:5). El que se deja enseñar por el Señor, verá que “su yugo es cómodo y su carga es ligera (Mateo 11:30)” Pues “sus mandamientos no son gravosos, esto es, no son pesados". (1 Juan 5:3) También sus descendientes se beneficiarán de las oraciones de sus progenitores, cuando estos ya se han marchado

    3) Que Dios les admitirá a lo íntimo de la comunión con Él: (v.14) "La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto". El secreto, (es decir el trato íntimo) de Jehová es para los que le temen. Estos son los que, guiados por el Espíritu Santo, “penetran hasta las profundidades de Dios. (1 Corintios 2:10).” Por eso dijo el Señor Jesús


    Estas promesas son seguras para los que aunque hayamos sido grandes pecadores, guardamos la palabra de Dios de manera habitual. Aunque con la debilidad congénita (1 Juan 1:8,10), quebrantemos alguna vez los mandamientos de nuestro Señor, si nos arrepentimos y confesamos nuestro pecado (1 Juan 1:9) y nos mantenemos cerca de nuestro Dios como un verdadero Redentor y Salvador sin continuar pecando voluntariamente (1 Juan 3:6-10) entonces seremos nombrados como los que tememos a Dios (vv.12,14 del Salmo 25).
    Generalmente damos a las promesas el valor que se merecen dependiendo el carácter personal del que las hace. La perfección de la naturaleza de Dios es una garantía que ratifica y confirma que podemos confiar en su Palabra. [2 Pedro 1:19 - Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones]


    ¡Todo lo que nuestro Dios dice y hace es totalmente perfecto! Así que podemos decir con toda la certeza y seguridad que todas las promesas que Dios haga son como Él. TODOS SUS DESIGNIOS DIVINOS, TODAS SUS PROMESAS Y PROVIDENCIAS, SON MISERICORDIA Y VERDAD; SON COMO ÉL, QUE ES BUENO Y RECTO

    A ÉL SEA LA ALABANZA, LA HONRA, LA GLORIA Y EL PODER! (Apocalipsis 5:13)